Una nueva chorrimemez: las constelaciones familiares

Los humanos llevamos muy orgullosos nuestro título de seres racionales pero nos creemos casi cualquier cosa que nos digan. No importa lo tonto o increíble que resulte: somos capaces de suspender nuestro juicio por razones totalmente anodinas. Incluso cuando sabemos que lo más seguro es que nos están engañando. Por ejemplo, el uso de famosos en la publicidad. Esta técnica la inventó el norteamericano Henry Crowell hacia 1881 cuando sacó al mercado un producto que hoy es raro no ver en una casa: los cereales del desayuno. Sabemos que les pagan por anunciarnos ese reloj, pero picamos. ¿Y esos potingues para mujeres maduras anunciados por jovencitas, que lo que menos necesitan es eso? ¿O esos yogures para mantener la línea que toman chicas que necesitarían comerse un buen filete?

La psicología es uno de esos campos donde proliferan los herederos de aquellos vendedores ambulantes de pócimas del lejano oeste. Sabemos que nuestra psique es compleja, que entenderla exige mucha investigación y, a pesar de los esfuerzos de los científicos, todavía estamos más que en pañales. Pero eso no importa. Con relativa frecuencia surgen personajillos que, simulando a Pablo de Tarso, se caen del caballo, se golpean la cabeza y les llega una revelación que explica el complejo comportamiento humano. Esto eso lo que debió sucederle a un ex-misionero católico que va de psicoanalista y antropólogo, Bert Hellinger.

Mientras era párroco en Sudáfrica “descubrió” que cada familia posee una especie de conciencia colectiva de mambo-jambo que se extiende al origen de la raza humana (no está claro si llega al Homo erectus o a los australopithecus). Ya entonces, “todos los integrantes se pertenecían y dependían unos a otros, el alma común cuidaba que ninguno se perdiera y que cada uno sirviera al grupo. No requerían pensar en qué era lo correcto. Una fuerza los inducía hacia alguna dirección. Si no buscaban el beneficio del grupo, un malestar, la culpa aparecía como sentimiento regulador que los reorientaba hacía el bienestar de todos”. ¡Por favor!

Para semejante antropólogo de secano la familia humana es la tradicional occidental de toda la vida, ligada entre sí por las leyes de consanguinidad europeas. Poco aprendió en África este buen mozo.

Pero lo fascinante no es que un iluminado se inventara semejante chorrimemez, sino que haya psicólogos que se crean este mix Nueva Era entre el ángel de la guarda y los midiclorianos de la Guerra de las Galaxias. ¿Pero qué tipo de ciencia les enseñan en la facultad?

(Publicado en Muy Interesante)

4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. M.A Sabadell es muy libre de opinar sobre la labor de un psicoanalista llamado Bert Hellingerr. Yo le diría al señor Carbonell que su cerebro le hace cometer un error cognitivo de generalización, y que un buen profesional de la psicología, le podrá dar un buen consejo terapéutico o poner un tratamiento para este síntoma disfuncional de la cognición y de la comunicación que padece. Por otra parte, la crítica que hace sobre la formación que reciben los estudiantes en las Facultades de Psicología, ni siquiera merece tenerla en cuenta, por insustancial y falta de argumentos contrastables.

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  2. M.A Sabadell es muy libre de opinar sobre la labor de un psicoanalista llamado Bert Hellingerr. Yo le diría al señor Sabadell que su cerebro le hace cometer un error cognitivo de generalización, y que un buen profesional de la psicología, le podrá dar un buen consejo terapéutico o poner un tratamiento para este síntoma disfuncional de la cognición y de la comunicación que padece. Por otra parte, la crítica que hace sobre la formación que reciben los estudiantes en las Facultades de Psicología, ni siquiera merece tenerla en cuenta, por insustancial y falta de argumentos contrastables.

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  3. La señora M Carmen Camacho dira lo que quiera pero a mi este artículo me ha parecido excelente y todo lo que dice es verdad, aunque opino que la publicidad es un medio que mueve mucho dinero y no solo da para los publicistas si no para los que trabajan en las fábricas o almacenes de los productos, por consiguiente abogo por estos profesionales que tan bien desarroyan su trabajo para enredarnos y que compremos cosas aveces innecesarias pero muy sugerentes en fin que de gillipollez nada de nada.

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