Conócete a ti mismo… ¡Menuda patochada!

Una de los aforismos más sobrevalorados y al que se agarran todos esos libros de auto-ayuda escritos para europeos que no saben qué hacer con sus cómodas vidas (ya me dirán cuántos libros de Bucay o Coelho se venden en Chad o Etiopía) es el que se dice que aparecía en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos, «conócete a ti mismo». Todos sabemos que no es fácil, pero que si uno lleva a cabo una poderosa labor de introspección acabará haciéndolo. Y como premio para intentarlo, seremos más felices.

Por suerte, la moderna psicología ha descubierto que esto no es así. No sólo no es cierto que se es más feliz si uno se conoce sino que hacerse una imagen embellecida de uno mismo es fundamental para poseer una cierta salud mental. Sabemos que tenemos nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas, pero cuando nos miramos al espejo preferimos ver nuestra cara más agradable. En diferentes experimentos, los sujetos psíquicamente sanos se consideran mejor descritos con adjetivos con connotaciones positivas que negativas, de igual modo que a lo largo de la vida recuerdan los éxitos mientras que los fracasos se olvidan con extremada facilidad –de ahí, quizá, venga lo de tropezar dos veces en la misma piedra-. Otra tendencia bastante común es la de considerarse responsable de las acciones que han salido bien, mientras que las que han salido mal la culpa la han tenido un cúmulo de circunstancias.

Por si esto no fuera poco, las personas psíquicamente normales viven convencidas de que en una serie de aspectos son superiores al resto. Un ejemplo claro lo tenemos en los conductores. En diferentes encuestas, nueve de cada diez conductores se consideran mejores que la media. O cuando se propone que estimen su inteligencia. Invariablemente nos creemos más inteligentes de lo que somos. Un dato curioso. El psicólogo David A. Dunning de la universidad de Cornell ha descubierto que los incompetentes, además de no estar a la altura de lo que exige su profesión, ni siquiera saben lo incompetentes que son. En una serie de juegos de lógica encontró que quienes más dudaban de sus aciertos o que se infravaloraban sacaban mejor puntuación que quienes se creían los mejores del grupo.

Y es que, en general, como dice el psicólogo alemán Rolf Degen,»la necesidad de controlar las condiciones de la propia existencia está muy arraigada en el espíritu humano. Hasta el punto de que es capaz de engañar a la razón y hacerle creer que controla situaciones donde sólo existe azar o que realmente están controladas por fuerzas que no puede dominar».

Nos gusta ver las cosas no como son, sino como nos gustaría que fueran.

19 Comentarios Agrega el tuyo

  1. javierfpanadero dice:

    Hola Miguel Ángel

    La verdad es que a mí el aforismo de marras sí que «me pone», como Cantabria a su presidente.

    En los ejemplos y casos que comentas después, lo que más veo es precisamente una distorsionada percepción de uno mismo.

    ¿No estarías de acuerdo con decir que «una correcta percepción de uno mismo influye positivamente en una vida feliz»… que acaba siendo una perífrasis de «conócete a ti mismo y sé feliz»?

    Un saludo

    Javier

    P.S.: Sí… ya me acuerdo de eso que hablamos en Cosmocaixa de los titulares… 😉

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  2. Buh dice:

    Meh, creo que primero tienes que entender el verdadero significado de «conócete a ti mismo» y que querian decir los griegos cuando lo pusieron los griegos en uno de sus templos más importantes. No es simplemente «soy listo, pero perezoso, y tengo mucho coraje, pero soy tímido». Eso no es conocerse a si mismo ni de lejos, es un conocimiento que transciende los conceptos de la mente (aunque me imagino que no crees que tal conocimiento sea ni posible, imagínate útil).
    Además, es un poco contradictorio que digas que la gente necesita ser parcial consigo mismo para ser más feliz, pero que los incompetentes (por ejemplo), no saben que lo són. Que crees que le hará más feliz, seguir viviendo sin saberlo, o que entienda porque le despidieron y tenga la oportunidad de auto-mejorarse, educarse, o cambiar ciertos comportamientos?

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  3. Javier García Calleja dice:

    Desde mi formación de biólogo no puedo estar más en desacuerdo con el título de tu post.
    Sí que pienso que para la vida, la que nos toca como bichos pensantes, es fundamental el autoconocimiento. Si quiero ser razonablemente feliz y no machacar a los demas inconscientemente. En caso contrario da igual.

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    1. Confundes churras con merinas.
      Una cosa es el aforismo en sí, sobre el que merece reflexionar sin más, si quieres haciendo un recorrido histórico sobre las reflexiones ha que ha dado lugar, a lo largo de nuestra historia.
      El aforismo en sí mismo es interesante, aunque tú lo reduces a los libros de autoayuda, que son, por decirlo así arena de otro costal. Los libros de autoayuda jamás serán la panacea, aunque se suelen vender como tal y mucha gente los lee como tal. Sin embargo, dentro de ese mundillo de la «autoayuda» hay mucha morralla: hay mezclados auténticos cardos borriqueros con mucha paja y con, por lo menos, unas cuantas «no malas yerbas». Hay algunos libros de autoayuda que son interesantes (Autoayuda sí, pero con criterio (con sentido crítico), ¿te suena del Muy?).
      Te doy la razón en lo de que se trata de una aforismo «sobrevalorado» en algunos libros de autoayuda. Pero el oro sigue siendo oro, por muy manido y manoseado que esté, ¿no crees? El oro, si le pasas un trapito sigue reluciendo como la primera vez. El aforismo en sí mismo es muy interesante y merece la reflexión.

      Lo que no entiendo, sigo si entender, es esa relación que haces entre «esos libros de auto-ayuda escritos para europeos que no saben qué hacer con sus cómodas vidas (ya me dirán cuántos libros de Bucay o Coelho se venden en Chad o Etiopía)». ¿Por qué presupones que el que lee o ha leído alguna vez un libro de autoayuda «no sabe que hacer con su cómoda vida». Creo que esa afirmación que haces, requiere matices, porque algo de verdad lleva, pero me parece excesivo decirlo así y quedarse tan ancho (ejem, claro está que se trata también de título e inicio de post rompedores, para provocar debate).
      Trataré el tema en mi blog (en cuanto tenga un hueco), tomando como partida (si no tienes inconveniente) tu post.

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  4. Javier, la respuesta iba realmente para el MA Sabadell. Mis disculpas, el ratón fué más rápido que mi dedo y mi dedo más rápido que mi mente.
    En cualquier caso, opino lo mismo que tú sobre el título.
    PD: También soy de un gremio cercano: Químico.
    ¡Saludos!

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  5. pasaba por aquí dice:

    No debería confundirse felicidad con salud mental.
    Aunque no sé porqué, los términos están totalmente confundidos.
    Si lo importante fuera la felicidad, los psiquiatras sólo recetarían pastillas traquilizantes…

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  6. Carla. dice:

    Nos gusta ver las cosas no como son, sino como nos gustaría que fueran.

    SI ESTO FUERA CIERTO LA PALABRA IMBÉCIL SERÍA SUPREMA.

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  7. sra.de sanchez dice:

    Quisiera disculparme por la intromisión en este apartado comentando la salud o el comportamiento insano de su familiar, dando cuenta de su malhacer y
    con la intención de que quizás pudiese conversar con él,en ningún momento quise faltar al respeto a nadie, con el tema expuesto y la foto me reflejo a esa persona querida por ústed, considero que sino nos conocemos nosotros menos a los demás por muy cercanos
    que seán a nosotros.

    De nuevo pido de todo corazón mis disculpas Sr.Sabadell, a cualquier otra persona a la cuál hayan podido molestar mis palabras.

    Saludos.

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  8. cesar dice:

    Creo que la frase completa es: «Hombre conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los dioses»; si esa es la verdadera frase entonces todo el asunto que se ha escrito en este artículo carece de sentido.

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  9. Ban Jarnus dice:

    Sabiduria Secreta

    En la antigüedad eran muchas las pruebas que se exigían para poder entrar a una escuela de misterios, que pudiera en verdad entregarnos las claves precisas que aplicándolas en nuestro diario vivir nos llevaran realmente a un desarrollo armonioso de todas nuestras facultades.

    Basta recordar la majestosa obra de Mozart «La Flauta Mágica» en donde se recuerda lo que tenía que pasar el aspirante a los misterios egipcios, «En la prueba de FUEGO hube de controlarme a mí mismo lo mejor que, cuando atravesé un salón en llamas, el piso aquel estaba lleno de vigas de acero encendidas al rojo vivo: muy estrecho era el paso entre aquellos tirantes de hierro ardiente, apena si había espacio para poner los pies; por aquellos tiempos mucho aspirantes perecieron en este esfuerzo.

    Todavía recuerdo con horror aquella argolla de acero enclavada en la roca, al fondo sólo se veía tenebroso el horripilante precipicio, sin embargo salí victorioso en la prueba de aire; allí donde otros perecieron, yo triunfé.

    Han pasado muchos siglos y todavía no he podido olvidar a pesar del polvo de tantos años, aquellos cocodrilos sagrados del lago; si no hubiera sido por las conjuraciones mágicas, habría sido devorado por esos reptiles como siempre sucedió a muchos aspirantes.

    Innumerables desdichados fueron triturados y quebrantados por las rocas, en la prueba de la tierra, más yo triunfé y vi con indiferencia dos moles que amenazaban mi existencia cerrándose sobre mi como para reducirme a polvareda cósmica.

    Ciertamente yo no soy más que un mísero gu-sa-no del lodo de la tierra, pero salí victorioso.»

    Ahora tales pruebas obviamente ya no existen, más ahora tenemos algo mucho más complicado de trascender, así como Teseo tuvo que introducirse al laberinto de creta y vencer al Minotauro, y después salir victorioso guiado por el hilo de Ariadna, de esta misma forma nos encontramos ahora ante un laberinto aun más espantoso, más difícil de pasar, el de las escuelas que abundan en el mundo y que dicen tener la sabiduría. Unos nos dicen una cosa, otros nos dicen otra más, y al fin terminamos todos confundidos y sin haber realizado un cambio significativo en nuestra vida de manera positiva. Teorías, teoría y más teorías que a nada nos conducen.

    Dice una leyenda: «Que los dioses se reunieron para esconder la sabiduría, pues el ser humano se iba a degenerar y no era recomendable que la tuviera en sus manos pues solo se destruiría más rápido y lograría realizar daños muy grandes. Pero era necesario que estuviera al alcance de gentes preparadas para que hicieran buen uso de ella.

    Se levantó el Dios de las aguas y dijo: «Escondamos la sabiduría en el fondo de un océano, en una caverna submarina y pongamos un monstruo marino a resguardarla, ahí nunca la encontrará». Uno de los Dioses se adelanto el futuro -dice la leyenda- y se encontró con la sorpresa de que el ser humano haría guerras en el fondo de los océanos, y que si la sabiduría estaba ahí, en que manos iba a caer, no era pues buen lugar.

    Se levantó -en la asamblea- el dios de la tierra y dijo: «Escodamos la sabiduría en las entrañas de la tierra, ahí nunca se le ocurrirá buscar», nuevamente se adelantan al futuro y se dan cuenta que el ser humano haría perforaciones en todos lados, por codicia, buscando minerales, piedras preciosas, etc. Y que tipo de ser humano encontraría la sabiduría, tampoco era buen lugar.

    Entonces hablo el dios del aire y dijo: «Escondamos la sabiduría en la más alta montaña, donde jamás pie humano ha llegado», se adelantan al futuro y ven que el ser humano por orgullo trataría de conquistar las más altas montañas, gente así tampoco era recomendable que la encontrara.

    Hablaron de decenas de lugares, más ningún lugar era seguro, por fin uno dijo:

    «Escondamos la sabiduría dentro del mismo ser humano, ahí no la buscará, solo el que tenga puro y noble corazón se le ocurrirá buscarla en ese lugar».

    Todos los dioses estuvieron de acuerdo, y desde entonces la sabiduría esta ahí…»

    Si reflexionamos en esta leyenda nos daremos cuenta que la sabiduría o la verdad no la posee ninguna escuela, esta dentro del mismo ser humano, los distintos grupos que existen en el mundo solo te dan las técnicas para encontrarla, tales escuelas deben existir pues los seres humanos tienen distintos niveles de aprendizaje espiritual.

    Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tu que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tu ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias?.

    En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros.

    Oh! Hombre, conócete a ti mismo

    y conocerás al Universo y a los Dioses.

    Frase Inscrita en el templo de Delphos

    Conócete a tí mismo

    «Conócete a tí mismo», tal el mandato socrático, que encuentra sus fuentes primordiales en las inscripciones de las entradas a los Templos de la Sabiduría Antigua.

    Para los observadores exteriores, dicha frase no encierra gran significado, aunque a la vez su contenido puede parecer obvio. Todo el mundo cree conocerse, especialmente los más ignorantes y dormidos. Tal es la trampa del mundo de la ilusión y también la forma en que la Sabiduría ha sabido conservar sus secretos, ya que ni siquiera se necesita guardar oculto aquello que la inmensa mayoría del mundo no comprende. Puedes gritar tranquilo la Verdad a los cuatro vientos…los sordos seguirán sin Escuchar.

    Aún muchos que creen haber hallado un Camino sólo se encuentran ante vistosos pasadizos que los llevarán -a algunos pronto, a otros después de un largo tiempo de peregrinar- a la misma vida que antes vivían, reemplazando antiguos condicionamientos por nuevas recetas, métodos y rituales.

    El Verdadero Camino comienza con la frase del título, la que indica un rumbo hacia adentro, hacia la Autobservación, el Autoaprendizaje.

    La frase completa nos dice «Conócete a tí mismo, y así conocerás el Universo y sus dioses». El hombre es un microcosmos y en él se encuentran los arquetipos con los que funciona todo el Universo. Las leyes que actúan en el hombre también actúan en la humanidad, en un sistema planetario, como en todo el Universo. En el Hombre está Dios. Si se conoce al Hombre, se conoce el Cosmos.

    Y para aquel que busca un Camino, existen desvíos obvios y sutiles. Desde la seducción de la vida material y sus búsquedas exteriores, pasando por los contenidos dogmáticos y exteriores de las religiones, hasta algunas coloridas y sonoras enseñanzas metafísicas que sólo hacen más fuerte aquello que hay que destruir para acceder a la Verdad: la personalidad (y sus máscaras).

    Por ejemplo, la invocación a través de plegarias, la utilización de mantrams, o la proyección mental de amor y luz, sólo son efectivas en el Hombre Verdadero, aquel que primero Desocultó su Ser de las toneladas de basura mental acumulada en torno a Él. En el hombre dormido, todo aquello produce síntomas de alivio en el corto plazo, pero, si no emprende el Camino del Autoconocimiento, vagará en un círculo interminable de dolor y placer. Pensemos en la clase de «amor» que puede proyectar el hombre dormido, a merced de su «yo de turno».

    El Ser, la Esencia, el Alma, el Dios Interior, no se oculta detrás de un único ego inflado por la vida social, sino debajo de una inmensa cantidad de egos, yoes que salen a relucir y actuar según las circunstancias de la vida. Y lo que hoy promete uno de los yoes, mañana no lo cumple otro. Porque aún no se Es Uno.

    El ser humano común (el que aún no ha emprendido el Camino) nunca está Presente. Y por lo tanto, nunca es su Ser Verdadero el que decide, sino sus múltiples yoes, según los automatismos que la memoria ha retenido del pasado, estimulados por las circunstancias del presente.

    (entre otros atributos, el Ser no se perturba por el estado del clima o del tránsito vehicular, Es Siempre el Mismo, y Está Allí, debajo del «yo nervioso por la lluvia» -¿o tu «yo de la lluvia» es contemplativo y soñador?- o del «yo harto de los atascamientos de tránsito»)

    Con sólo observarnos durante unos instantes, veremos que las emociones, los pensamientos, las mismas reacciones motoras del cuerpo físico funcionan -casi siempre- sin nuestro consentimiento.

    (si no es así…entonces…¿por qué la tensión muscular en tu rostro, tus brazos, tus hombros, tu cintura y tus piernas mientras lees estas líneas? Si sólo supieras el desgaste de energías que esto implica, y fueras capaz de Estar Ahí, Presente con todo tu Ser,…te relajarías un poco)

    Al nacer éramos un Punto, el Yo Esencial. Luego, un sinnúmero de «sistemas de programación» se encargaron de aprovechar el fértil campo de la psique humana para sembrar de reacciones -como líneas de un programa informático- la fértil Mente, dejando a la Esencia sofocada, debajo del círculo que crece y crece en forma concéntrica, con nuevos y sofisticados anillos, anulando la visión del Punto Esencial.

    El Punto Central y Esencial del Ser es siempre el Mismo y espera, mientras que el círculo de yoes crece en peso y circunferencia. El Camino implica un Trabajo de Destrucción del Círculo y de Identificación con el Punto Esencial. Es decir y Siempre, una Senda Interior, de Regreso y Recordación.

    ¿Recordamos nuestros deseos, sueños y vocaciones, de cuando éramos niños? ¿De dónde provenían? Fueron los últimos gritos del Yo, antes de morir sofocado.

    ¿Podremos resucitarlo? No es fácil, pero, en primer lugar, se comienza por Reconocer la situación. Para quien no ha comenzado el Camino, el mejor síntoma de estar dormido es la creencia de actuar en presencia y libre albedrío. En el hombre común, no existe el Verdadero Libre Albedrío, ya que siempre se actúa de acuerdo a los automatismos mentales, emocionales y motores adquiridos, y no de acuerdo a la Suprema Dirección del Yo Esencial, del Alma. El primer paso es Reconocer que se está dormido, que es falaz el concepto del hombre como ser consciente. La consciencia sólo puede adquirirse luego de un duro Trabajo sobre sí mismo.

    Luego del Reconocimiento, viene la Autobservación. Debemos atrapar al ladrón «in fraganti», mientras comete el hurto, acostumbrado a que el Dueño de Casa esté ausente. Si así lo hacemos, si Observamos cada reacción de nuestra máquina programada, podremos luego meditar profundamente sobre el origen de dichos automatismos, poniendo en evidencia que fueron forjados en el pasado, aprovechando la ausencia del Ser. Y el desafío será entonces actuar de una manera Activa, Presente, desviándonos del impulso emocional o mental pre-adquirido, desechando los miedos y preocupaciones provenientes de actuaciones pasadas e infundadas o improbables para el presente.

    (por ejemplo y…dicho sea de paso…¿observas a tu prójimo de acuerdo a una Atención Objetiva o…sólo lo juzgas de acuerdo a la intención que adivinas en él en base a ciertos «modelos de pensamiento» que trae al presente alguno de los tantos yoes que te caracterizan, desde un pasado que poco o nada tiene que ver con el ahora? ¿Puedes conocer a tu prójimo…si ni siquiera te conoces a tí mismo…si casi siempre reaccionas en «piloto automático»…en ausencia?)

    Y cuando destruyamos los yoes que atacan desde aquí y desde allá, comenzaremos a tener vislumbres del Yo Esencial, comenzaremos a poder Recordarnos. Y allí comienza el Verdadero Camino, el Camino de Reencuentro con el Yo. Actuar Recordando que Estamos Aquí.

    Podemos evocar algunos momentos en los que sentimos Algo Superior que dirigía nuestras Vidas, vislumbres de nuestro Verdadero Yo, momentos en los que nos sentíamos en control total de la situación, instantes mínimos en los que no éramos uno de los tantos yoes fabricados por el entorno, sino el Punto Central de Nuestro Ser. Generalmente, se trata de situaciones nuevas, para las cuales no se ha fabricado aún ningún yo automático y actuamos en Presencia Total, sintiendo -con todo el Sentir- los brillantes y frescos filamentos del Dios Interno. Tal vez, el nacimiento de un hijo, tal vez, la contemplación de un rojo atardecer, un nuevo desafío, una grata sorpresa, el primer beso, una caricia, o una conversación memorable. En esos momentos, el Ser estuvo allí. Sólo basta con sentir lo que sería de nuevo experimentar ese estado…pero ahora…en forma permanente.

    (aunque hay una palabra que ha sido bastardeada por los más absurdos y caprichosos significados, desgastándola,…tal vez sea, sin embargo, la más adecuada para definir ese «estado indefinible» en el que el Ser Está Presente. Hablo de la palabra…Amor)

    Si se comprende este Proceso, al menos en sus primeras implicancias, rápidamente se advertirá el falso despertar que está aconteciendo en las mentes de muchas personas, las que han encontrado ciertas recetas «alternativas» para sentirse mejor, pero sólo en el nivel superficial de la personalidad que -tarde o temprano- mostrará nuevos síntomas de dolor, cada vez más profundo, en directa proporción en que se produzca el alejamiento del Punto Esencial. Cuanto más basura condicionante,…mayor dolor, tal el sentido oculto de toda seria profecía individual o conjunta.

    También, si se comprende el Proceso, se verá claramente la prácticamente imposible tarea de hacer Despertar a la humanidad en forma conjunta, también se advertirá cómo el progreso material y seudo-espiritual coincide muchas veces (y en forma cíclica a lo largo de la historia) con una involución Real hacia la oscuridad de las reacciones prestadas, y que la tarea evolutiva es siempre un Trabajo Interior de cada ser humano que ha comprendido la necesidad de escapar de su lamentable «estado de hombre domesticado». Por supuesto que, por cada Hombre Despierto, aumentan las esperanzas para el Despertar de nuevos seres, aún cuando -por el momento- las matemáticas se muestren horrorosamente en nuestra contra.

    El impresionante desafío hace más interesante el Trabajo, para aquellos realmente comprometidos en la Búsqueda del Grial Interior.

    Conócete a tí mismo,…y así conocerás el Universo y sus dioses. Ese Es El Camino.»

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    1. mara dice:

      ! Gracias por el escrito, Ban Jarnus ¡

      Muy completo y muy clarito. El aforismo que aquí nos reúne siempre lo he entendido en la línea que tú expones.

      Pero entiendo que Miguel Angel lo entienda de otra manera, en realidad se le pueden dar tantas interpretaciones como se quieran.

      Para conocer el mensaje real de éstas palabras habría que preguntarle al autor con qué intención la dijo…y éso de momento …nó puede ser ..para mí almenos.

      En mi opinión, es una verdadera aventura ir quitándose capas de EGO poco a poco y ( con gran esfuerzo) procurar nó vivir «reaccionando» a los múltiples estímulos de la vida diaria…sino qué estar alerta para actuar en cada momento de manera fresca e innovadora , es muy difícil para mí, pero una fuerza muy presente me empuja a nó dejar de ir por ése camino.

      ( Estoy viendo en mi mente a Miguel Angel sonriendo y diciendo ! Qué chorradas ¡ ).

      Sabes? Yo era muy discutidora….y quería siempre LA RAZÓN , pero afortunadamente ! Me estoy curando muy rápido¡, el esfuerzo consume mucha energía y total para qué necesito tener la razón ….si la mayoría de las veces me encuentro con que al poco tiempo pienso de otra forma…….jajaja ..fué un descubrimiento muy valioso y provechoso.

      Bueno… seguiría y nó acabaría .Buenas noches

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      1. jigue dice:

        Desde muy joven me ha intrigado esta frase «conócete a tí mismo». Y Diogenes Laercio dice que es de Pitágoras, y que dicen estaba en el frontis del templo de Apolo en Delfos, y otros la atribuyen a Sócrates (más bien Platón).
        La interpretación de Ban Jarnus es sólo eso una intepretación (me suena a Dan Brown), y la del escritor del blog me parece fuera de lugar. Yo creo que la única interpretación posible es esta: «conócete a tí mismo» y punto, y siguiendo a Sócrates ¿si no nos conocemos a nosotros mismos cómo vamos a conocer a los demás, y al mundo?

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  10. jigue dice:

    Perdón cometí un error de transcripción, Diogenes Laercio no se lo atribuye a Pitágoras, sino a Tales de Mileto, Diogenes Laercio I 40

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  11. luis dice:

    Que eres retrasado?
    Tu forma de hablar denota serios problemas psicologicos, como una especia de rencor porque cuando niño las cosas no te salieron como querías!
    Todo requiere conocimiento para que pueda funcionar, hasta para pelar un tomate se necesita conocimiento, saber como se hace, y sobre nosotros mismos entre más conozcamos mejor, acerca del origen de nuestras conductas y todo eso.

    Y te llamas cientifico?, que verguenza. Un cientifico esta en continuo descubrir de las cosas que no conoce, en vez de excluirse de ellas….

    Por otro parte se denota escazo conocimiento del cerebro, si leyeras algo sabrías que el cerebro asocia información apartir de la información ya almacenada, y por eso toda apreciación es cesgada, total a la largo hablamos y acomodamos todo conocimiento

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  12. Osvaldo dice:

    Buscate un laburo y dejá de hablar pelotudeces.

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  13. Anónimo dice:

    Con el debido respeto,señor Sabadell, es su opinión la que es una patochada.

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