¿Tiene algún sentido la vida?

¿Estamos aquí por algo? Semejante cuestión conlleva uno de los sentimientos más agobiantes a los que se enfrenta el ser humano: el sentido de su vida. La angustia existencial de Sartre demuestra lo devastador que puede llegar a ser pensar que nada tiene sentido. Lo necesitamos para sobrevivir y si no lo encontramos solemos acudir al psicólogo. Lo buscamos hasta en las cosas más nimias y no paramos hasta encontrarlo… o creer que lo hemos encontrado. Entonces nos aferramos a esa idea como a un clavo ardiente. Quizá no buscamos la respuesta correcta sino la que nos reconforta, y por ello esa búsqueda está viciada de antemano.

Dos son los grandes demonios de aquellos que sienten esa necesidad imperiosa de encontrarle significado a la existencia: Freud y Darwin. Para el primero el sentido religioso subyacente es “un mecanismo inconsciente que proyecta en el mundo exterior el deseo de eternidad y trascendencia, frente a la finitud y los temores que esta falta genera en el sujeto”. Por su parte, la teoría de la evolución de Darwin, al explicar la aparición, cambio y desaparición de las especies, al señalar un ancestro común a todos los seres vivos de este planeta, humanos incluidos, colocó en el disparador un término filosófico: contingencia.

El ser humano, como cualquier otra especie, podría no haber aparecido, estamos aquí de chiripa. De hecho, la propia vida no es un hecho obligatorio en el universo. El paleontólogo Stephen Jay Gould lo dejó meridianamente claro en su libro Full house: “El origen del Homo sapiens debe verse como algo irrepetible y concreto, no como una consecuencia esperada”. Sin embargo, hay científicos para los que el azar no es el motivo último de nuestra presencia en la Tierra, que la vida y la conciencia son un imperativo cósmico. Entendámoslo correctamente: no están diciendo que ambas obedezcan a un plan divino sino que son una consecuencia de las leyes de la naturaleza.

Entre quienes más han trabajado este tema se encuentra el difunto Fred Hoyle, que llamó la atención sobre las peculiares coincidencias existentes en los valores de las constantes fundamentales: todas ellas parecen haber sido ajustadas finamente para permitir la aparición de vida. En particular, Hoyle encontró que para que el átomo de carbono fuera estable y no se desintegrara deberían haberse dado un importante número de esas peculiaridades a escala atómica.

Martin Rees, Astrónomo Real de Gran Bretaña, ha escrito profusamente sobre cómo parece que todo en el universo, desde el nacimiento de las galaxias hasta el origen de la vida en la Tierra, es muy sensible a los valores que pueden tomar las aparentemente arbitrarias e inconexas constantes naturales como la intensidad de la fuerza de la gravedad, la velocidad de expansión del cosmos tras la Gran Explosión o el número de dimensiones espaciales del mundo en que vivimos. Esto ha conducido a formular el llamado Principio Antrópico Fuerte: el universo debe tener las propiedades necesarias que permitan la aparición de vida e inteligencia en alguna de sus etapas. Otros científicos van más lejos.

Los físicos John Barrow y Frank Tipler han creado la teoría del Punto Omega, según la cual la evolución de la vida inteligente, caracterizada por dedicarse a almacenar cada vez mayor cantidad de información, en un futuro tomará el control de todo el universo. Ni qué decir que la inmensa mayoría de los científicos menosprecian estas ideas que han calificado como PACR, Principios Antrópicos Completamente Ridículos.

Algunos se sienten intrigados por el aparente empeño de la naturaleza en aumentar su complejidad y autoorganizarse. Uno de los fundadores de la nueva ciencia de la complejidad, Stuart Kaufmann, ha estudiado en profundidad el fenómeno de las redes autocatalíticas de polímeros basados en carbono. Quizá la conclusión más importante a la que llega es que esa propensión a la autoorganización es un atributo básico de la materia misma, que esa misteriosa fuerza que impele la aparición de sistemas cada vez más complicados puede explicar la velocidad a la que la evolución opera para llevar organismos y ecosistemas enteros a niveles de complejidad cada vez más improbables: “debe haber algo parecido a una cuarta ley (de la Termodinámica), una tendencia a la autoconstrucción de biosferas cada vez mayores”, comenta Kaufmann. Su idea es que la segunda ley, que establece que el desorden de un sistema cerrado siempre crece, es importante pero no decisiva.

Para el bioquímico y premio Nobel Christian De Duve, uno de los pensadores más creativos a la hora de unificar biología y cosmología, el origen de la vida no es accidental, sino el resultado de las leyes más básicas de la naturaleza: “la vida y la mente no emergen como resultado de accidentes aleatorios, sino como una manifestación natural de la materia”. Y no sólo eso. Para De Duve la consciencia es una expresión del Cosmos tan fundamental como la propia vida. Por su parte, el físico y matemático del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Freeman Dyson, eleva a ley natural la tendencia de la conciencia a ejercer una control cada vez mayor sobre la materia inanimada y, siguiendo la estela de Barrow y Tipler, cree que desempeñará un papel clave en el destino final del Cosmos. Sin embargo, no todos piensan que nuestro universo favorece la aparición de vida.

Para el físico teórico Lee Smolin todo lo que nos rodea es producto de un proceso evolutivo funcionando a la mayor escala posible. Según Smolin, nuevos universos-bebés nacen en el interior de los agujeros negros gracias a los Big Bangs que suceden naturalmente en el otro lado. Ahora bien, las constantes y leyes de la física varían sutilmente de un universo-bebé a otro siguiendo un proceso de selección natural que favorece la “reproducción” de universos que generan más universos-bebés. Esto es, estrellas que acaban sus vidas como agujeros negros. Luego la vida no es más que un subproducto del verdadero objetivo de las leyes naturales: producir universos con agujeros negros. Accidentalmente, el valor de las constantes universales que implican la existencia de muchos agujeros negros coincide justamente con el valor que deben tener para que nuestro universo rebose vida.

Pero quien más ha reflexionado sobre este asunto es un curioso personaje que ha sido actuario judicial y senador por Oregón, James N. Gardner, cuyas ideas sobre complejidad son publicadas en diversas revistas científicas. Su idea central es la Hipótesis del Biocosmos Egoísta, una versión a escala cósmica de la teoría del gen egoísta de Richard Dawkins. Para Gardner nuestro universo, tan bien diseñado para albergar la vida, no es otra cosa que el resultado de la evolución de una larga serie de universos anteriores, donde cada uno ha sido cada vez más “amigable” para la vida. Estamos ante una versión evolutiva del principio antrópico fuerte. Si así fuera, debería existir una especie de código genético cósmico que evolucionaría siguiendo la selección natural.

Para Stephen Wolfram, un genio matemático que escribió su primer artículo científico con 15 años y creó en 1985 el programa Mathematica –un programa muy extendido para realizar cálculos numéricos y simbólicos–, los procesos naturales se entienden mejor como una serie de algoritmos iterativos, que se repiten una y otra vez, dando resultados cada vez más precisos: “bajo todos los fenómenos complejos que vemos en física subyace un programa simple, el cual, si corre el tiempo suficiente, reproduciría nuestro universo en todos sus detalles”. Los físicos de la teoría de cuerdas se han unido a esta idea de “darwinismo cósmico” debido a la aparición de la famosa energía oscura, la culpable de que nuestro universo esté acelerando. Al introducir esta misteriosa fuerza en sus cálculos han descubierto, entre sorprendidos y alarmados, que la teoría genera del orden de 10 elevado a 150 universos posibles. ¿Por qué surgió este de entre tantos millones de millones de millones de posibilidades? Físicos de la talla de Andrei Linde y Leonard Susskind apuntan a que la aparición de vida es una variable que condiciona la elección. Rizando el rizo, teóricos como Louis Crane proponen un principio meduso-antrópico según el cual una inteligencia muy evolucionada –¿nuestros lejanos descendientes?– podría insuflar vida al universo, no por el deseo de llenarla de tal, sino porque crearía nuevos agujeros negros y conseguiría a partir de ellos la energía necesaria para vivir.

25 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Almudena Alcérreca dice:

    Tenemos dos formas de verlo ¿tiene sentido que haya vida en la tierra? y ¿Tiene sentido mi vida para el universo?. A la primera pregunta es difícil contestar y… a la segunda también.

    Y más allá, ¿habrá otros universos a los que no podemos llegar como un ente bidimensional en una esfera?

    Afortunadamente nuestra mente tiene mecanismos para que las cosas trascendentales no nos preocupen en el día a día, la muerte, el sentido de la vida…

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  2. Iván dice:

    En este caso no es necesaria la ciencia. La vida no tiene ningún sentido, quizá por eso tenga fin.

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  3. Anónimo dice:

    La respuesta es: 42

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  4. trokolo dice:

    A tal cantidad super ingente de tiempo transcurrido el azar Sí tiene sentido como creador por que el numero de posibilidades para crear es altamente grande.

    Si juegas a la loteria 300.000.000.000.000.000… de veces seguro que te toca premio.

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  5. Iñaki dice:

    La vida era fuertemente improbable que se diera, pero la vida inteligente era tan remotamente improbable, tan única, que cuando se diera, sería imposible demostrar por qué sucedió.

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  6. trokolo dice:

    Una existencia azarosa es posible inicialmente pero …

    ¿Donde está el ser justamente anterior al ser humano, tal cual lo conocemos ?

    Hay mucha diferencia de nuestro antepasado más cercano a nuestra encarnación actual.

    ¿Donde está el eslabon/es perdido?
    ¿Es posible que algun añadido en la serie, viniera del exterior ?

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  7. trokolo dice:

    ¿Vida inteligente? El ser humano no es vida inteligente

    El ser humano basa su inteligencia en el conocimiento e interacción.

    Si dejar que un cerebro no se desarrolle no sabra que hacer en muchas pruebas de inteligencia, dado que no tiene memorizado nada parecido a lo que se le exige.
    El cerebro es capaz de crear ideas nuevas a partir de una base.

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  8. Jesús dice:

    Creo que nuestro papel en éste planeta puede comprenderse como la vida en un hormiguero. ¿Qué función aporta a la tierra un simple y minúsculo hormiguero? Es sólo un mecanismo más en el conjunto de la vida … pues de la misma manera, el hombre, la tierra y el universo. Probablemente no tengamos consciencia/inteligencia suficiente para entender cuál es el mecanismo del universo y el papel que jugamos en él. Como tampoco la tiene una hormiga mas allá de su hormiguero y algún km. a la redonda. El resto lo ignora. Sin embargo todas trabajan sin dudarlo para que el hormiguero funcione y la reina se perpetúe sin ningún fín concreto.

    Si pudiéramos observar el/los universos desde una posición exterior, global, con ojos más grandes, quizá llegasemos a comprender a qué mecanismo pertenecemos.

    Mientras tanto, tratar de averiguarlo es como llevar a tu mascota a ver una pelicula al cine.

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  9. Mikel dice:

    No parece precisamente que el universo rebose vida. Digo que no parece,no que no la haya. Pero hoy por hoy la evidencia de vida es mas bien escasa, poco más que una especie de hongo que va cubriendo nuestro planeta hasta hacerlo inhabitable. Y pronto no habrá evidencia alguna de vida.

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  10. pablo dice:

    La respuesta es sencilla. Dadas las escalas cósmicas, la presencia o ausencia de vida en el Universo es irrelevante para el Universo (la repetición es intencional). Incluso para la Tierra: si desapareciese la especie humana y todas las otras especies, la Tierra seguiría girando alrededor del Sol sin inmutarse, como lo hacen Venus o Marte.

    Todas las teorías que expones tienen un defecto, el antropocentrismo. Pensar que la vida no es una casualidad equivale a pensar en el «diseño inteligente» (¿alguien recuerda al relojero ciego?).

    En un viejo artículo de R. Dawkins aparecido en Scientific American, afirmaba que la única finalidad que tiene la vida es el autoperpetuarse. Evolutivamente no importa que especies desaparezcan mientras haya otras formas de vida mejor adaptadas. La vida es como la antorcha olímpica que va pasando de mano en mano; lo importante es que no se apague. El genoma es todo un programa destinado solamente a autorreplicarse; todo lo demás son accesorios para asegurar esa replicación.

    En todo este contexto, como la vida no tiene un sentido, a nosotros no nos queda otra que tratar de pasar bien (o lo mejor posible) este ínfimo momento en que nos toca llevar la antorcha de la vida.

    🙂

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  11. iNIESTE dice:

    VISCA EL BARÇA!!! CON DOS COJONES

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  12. Carlos dice:

    Para mí que no somos mas que el experimento fallido de alguna raza superior (y tambiém algo cruel),que no han acabado con nosotros por que les divertimos demasiado.

    Somos para ellos lo que para nosotros son los realitys absurdos que emiten a dia de hoy en todas las televisiones del mundo mundial,una panda de capullos descerebrados que lo unico que saben hacer en la vida es joderse los unos a los otros,buscar soluciones a cosas imposibles y trabajando toda la vida para ganar algo de dinero y poder pagarse un entierro medianamente decente con un ataud del mejor pino o caoba con dvd-hdmi-blueray,supermultimegacapa,2000000000millones de Terabytes(no vaya a ser que pongan dos pelis buenas al mismo tiempo y solo puedas ver una…),por si algun casual despues de que te entierren te despiertas y por lo menos tienes algo con lo que entretenerte.
    En fin,el sentido de la vida es el que uno le quiera dar,buscarlo es una perdida de tiempo que valdría mas la pena que se invirtiera en cosas para el provecho común,ainsss tantas mentes brillantes y no se les ocurren mas que gilipolleces.

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  13. worldon dice:

    Hay un punto de entrada y un punto de salida. La cuestión es que hacer con el cámino que conecta uno con otro.

    ¿Apostamos por el diseño inteligente o lo dejamos todo a la casualidad?

    Genial post amigo.

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  14. jordi dice:

    Sí nuestra mente no se puede ver a si misma por nuestra incapacidad de auto-observación y llegamos a creer que somos ella,identificandonos con nuestros pensamientos,¿como podemos observar la amplia vastedad del huniverso infinito?,¿podriamos acaso concidir este?.vivimos en un mundo material y finito,pero nuestra procedencia energetica,almica o espiritual,(llamese como se quiera),es distinta.La vida no finaliza con la muerte del cuerpo fisico.Estos mundos son donde podemos aprender para conseguir armonizarnos y volver a nuestros origenes creacionistas,donde solo hay deleite y amor puro.

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  15. Raúl dice:

    En todo nuestro «infinito» Universo, que se sepa, no hay vida más que en un minúsculo planeta de una ridícula galaxia; ¿por qué hablas de un universo «que rebosa vida»?

    Concebir que la razón de ser o el destino natural de la materia y la energía sea la inteligencia me parece un ejercicio de narcisismo cósmico bastante poco razonado.

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  16. Halp dice:

    Quizá todos seamos variables de una ecuación que no llegamos a comprender porque solo conocemos una parte de la misma y quizá lo que mas nos aterra es que la misma no tenga una única solución, si es que la tiene.

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  17. paquito dice:

    Tiene que haber un único sentido de la vida? Tiene que ser el mismo para todos? Hay, por tanto, un plan maestro?
    Quizás la búsqueda del sentido de la vida no es más que nuestra propia insatisfacción, vestida de especulador científico.

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  18. darwin dice:

    Tras la vida física no hay nada, o por lo menos nada que podamos entender desde nuestra perspertiva.

    1.- La memoria, con la que recordamos a nuestros seres queridos es algo físico. Por lo tanto si hay vida tras la muerte NO VAS A RECORDARAS NADA.

    2.- La vida es simplemente un hecho sin singun sentido.

    3.- La vida en la tierra es INGRATA para la mayoria, quien querria reencarnarse?; como dicen alguna religiones

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  19. ElIdiota dice:

    Lei hace poco que el origen de la vida inteligente, era crear inteligencia, que se ubicuara en todo el universo y poder dejarlo todo listo para que despues del big Crack hubiera otro bigbang, que creara otra vez vida inteligente y por ultimo inteligencia.

    Esta Inteligencia seria Dios… asi que enorgulleceos, cuando dicen que somos los creadores de dios, a lo mejor no hablan de forma metafórica

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  20. ladyRe dice:

    Y ahora entonces tendriamos que hacer la pregunta bien formulada, ¿cual es el sentido de la vida para aquellos que crean inyectan vida en los diferentes univeros? XD.
    Me ha encantado el articulo, muy bueno.

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  21. asimov dice:

    Estupendo artículo.
    Esperando tu libro en la colección vaya timo…

    salu2.

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  22. M. Nakamura dice:

    ¿Tiene algún sentido la vida?. ESta pregunta la podría desglosar en dos:
    1.-¿Tiene algún sentido la vida en general?
    2.-¿Tiene algún sentido mi vida en particular?

    Planteado así el tema, creo que la respuesta a la segunda pregunta, responderá a la primera, puesto que si uno muere. ¿Qué sentido tendría la vida en general?. Todo tiene sentido en función de la propia existencia de cada uno. ES a partir de que Tú existes, que todo lo demás adquiere sentido, pues eres Tú quien le das existencia a todo lo demás. Como el gato de Schrodinger.

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  23. Podria decirse que a nivel individual somos casi insignificantes, somos seres vivos del reino animal, y los unicos en toda la naturaleza viva que hemos logrado despegar nuestros propositos desligandonos poco a poco de los propositos espontaneos y propios hacia la naturaleza de la que provenimos tal como hacen las demas especies; aunque todavia no logramos despegar del todo eso esta claro!….. somos como computadora con todo sus dispositivos, pero que sin el sistema operativo fruto del desarrollo virtual, no son nada, para nosotros eso seria el acumular de conocimientos, la evolucion cultural de la mano con la evolucion biologica, la mortalidad de nuestra especie representa una limitacvion frente a los aportes que podria realizar cada uno, asi como su imperfeccion, por eso el objetivo de cada uno seria aportar un granito de arena a nuestra sociedad, a nuestra cultura, a nuestra especie, a la ciencia alcanzada por nuestra especie; de manera que el sentido existencial de toda nuestra especie que obviamente evolucionara y espero que mejore los defectos que tenemos hoy en dia para lo que hemosa alcanzado, finalmente logre llevar la vida a aquellos lugares en donde no las haya, escapar de esa frontera en la que existimos, no es que el ser humano siempre haya tenido la obsesion de mirar hacia afuera!…. sino que esta alli esa intencion propia en nosotros que garantice que no nos quedaremos aqui de brazos cruzados sin hacer nada y sin movernos, rezandole a algun idolo frente a lo que pueda ocurrir en nuestro futuro……………… somos humanos!………

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