Dias de vino, tabaco y olores

¿Cómo identificar a una mujer que está sufriendo o ha sufrido malos tratos? Eso es lo que se preguntaban los de la Harvard Medical School cuando en 2005 publicaron su investigación en la revista Archives of Internal Medicine. Según ellos, un indicador puede ser la adicción al tabaco y el alcohol. Si una mujer ni fuma ni bebe, la probabilidad de haber sufrido malos tratos en su casa (al menos en EE UU) en los últimos doce meses es del 10% y a la largo de su vida un 39%. Ahora bien, si la mujer fuma las probabilidades aumenta a un 14% y un 49% respectivamente. Si bebe la cosa empeora: un 21% y un 43%. Pero el colmo de los colmos es si la pobre mujer está enganchada a ambos vicios: un 27% a un año vista y un 54% en lo que lleva vivido hasta ese momento. En resumen: que el patrón de fumeteo y bebercio son dos indicadores externos de malos tratos. Claro que, como muy bien indican -que para eso son de Harvard- no se trata de una relación causa-efecto y en ningún momento puede sustituir a lo que verdaderamente hay que hacer: preguntar directamente. Al menos, dicen, puede servir para que el médico tenga la mosca tras la oreja.

Por otro lado, en relación con el deporte más divertido del mundo, que además se práctica mayormente en postura horizontal -aunque otras tienen su puntillo- el Monell Chemical Senses Center de Filadelfia -un centro que, entre otras cosas, se dedica a producir malos olores- sugiere que la orientación sexual puede influir en la respuesta a los olores corporales… y en la producción de esos olores. Así, los gays prefieren el olor de otros gays y de mujeres heterosexuales mientras su olor era el menos preferido por hombres y mujeres heterosexuales y por lesbianas. Ahora la pregunta que tratan de responder los investigadores es qué hace que sean percibidos de forma tan diferente el olor corporal debido a las preferencias sexuales.